Algunos estudios consideran que el volumen de petróleo por descubrir en la cuenca alcanza unos 124 000 MMBP. Dos campos gigantes (Caño Limón, Rubiales), dos mayores (Apiay y Castilla), y más de ochenta campos menores han sido descubiertos en ésta región.
La principal roca generadora en esta área son las lutitas marino-continentales de la Formación Gachetá, localizadas por debajo del flanco oriental de la Cordillera Oriental (Figura 2). Estas rocas poseen un Kerógeno tipo II y III, rangos de TOC entre 1-3% y un espesor efectivo de 150-300 pies.
Dos pulsos de migración han sido documentados: el primero durante el Eoceno superior-Oligoceno y el segundo comenzó en el Mioceno y continúa en la actualidad.
Las arenitas de las formaciones Carbonera (C-3, C-5 y C-7) y Mirador (Paleógeno) son excelentes almacenadoras de hidrocarburos. En la secuencia cretácica algunos intervalos arenosos son también excelentes reservorios. Su rango de porosidad varía entre el 10-30%.
El sello regional de la cuenca es la Formación León. Las unidades C-2,C-4,C-6 y C-8 de la Formación Carbonera son reconocidas como sellos locales. Las lutitas cretácicas de las formaciones Gachetá y Guadalupe pueden actuar como sellos intraformacionales.
Hasta el momento, la exploración se ha concentrado en las fallas normales antitéticas. Sin embargo, los anticlinales asociados a fallas inversas y estructuras de bajo relieve, así como las trampas estratigráficas pueden representar un importante objetivo exploratorio (Figura 3).